El crecimiento exponencial del intercambio de mercancías, ideas, instituciones y personas que vemos hoy en día es parte de una tendencia histórica duradera. A lo largo de nuestra historia, el deseo de algo mejor y más grande nos ha motivado a extender nuestras mercancías y nuestras ideas a todo el mundo.
Desde que el término apareció en 1962, "globalización" ha cambiado de jerga a cliché. El Economista la ha llamado "la palabra más abusada del siglo veintiuno." De hecho, no hay ninguna otra palabra que signifique tantas cosas diferentes y que haya evocado tanta emoción. Algunas personas lo consideran como nirvana – un estado de paz universal y de prosperidad – mientras que otras la condenan como una nueva forma de caos.
Si la palabra se define y se aplica correctamente, la globalización puede tener utilidad. Se le entiende mejor como un leitmotiv de la historia humana. Es una tendencia que se ha intensificado en las últimas décadas mostrando sus beneficios, así como su poder destructivo. Tal y como el clima ha influido sobre el medio ambiente a través de los milenios, la interacción entre culturas y sociedades en los milenios pasados ha resultado en más integración de la comunidad global.
martes, 13 de noviembre de 2007
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